El Ayuntamiento de Majadahonda ha recordado a los ciudadanos la obligación de llevar a sus perros sujetos con correa en todo el término municipal. Según la Ordenanza Reguladora de la Tenencia de Animales Domésticos, que establece normas para la protección de los animales y la seguridad pública, está prohibido llevar perros sueltos en espacios públicos o de uso común. Los animales deben ser conducidos mediante cadena o correa y, si es necesario, con bozal.

En Majadahonda, los perros considerados potencialmente peligrosos solo pueden circular con collar, bozal y acompañados por una persona mayor de edad. En las áreas habilitadas, estos perros pueden estar sueltos, pero siempre con bozal. Los perros no considerados peligrosos pueden estar sueltos en zonas específicas autorizadas por el Ayuntamiento, y en parques y jardines sin estas zonas, solo pueden estar sueltos en horarios determinados: entre las 20 y las 8 horas del 15 de octubre al 23 de febrero, y entre las 22 y las 8 horas el resto del año. Las zonas infantiles y áreas con prohibición expresa quedan excluidas.

El Ayuntamiento ha invertido significativamente en parques y zonas verdes para que los dueños puedan disfrutar con sus mascotas. Se han creado áreas caninas con circuitos de entrenamiento Agility, fuentes de agua dobles, papeleras para excrementos y áreas perimetradas seguras. Estos espacios se encuentran en el Parque del Cerro del Aire, el Parque de Goya, el Manuel de Falla, el Valle de Arcipreste y el Monte del Pilar.

Civismo y responsabilidad

Antonio Rodríguez, concejal de Seguridad, subraya la importancia del civismo: «Todos debemos ser responsables del comportamiento de nuestras mascotas. Llevar los perros sueltos en lugares no permitidos o no recoger sus excrementos son comportamientos incívicos que debemos corregir porque no solo representan un riesgo importante para la integridad física de los ciudadanos sino que además denigran el entorno urbano.»

Recogida de excrementos

La Policía Local intensificará la vigilancia durante el verano para asegurar que los dueños recojan los excrementos de sus animales. La Ordenanza Municipal obliga a la limpieza inmediata de las deyecciones, y las sanciones recaerán sobre quienes conduzcan los animales o, subsidiariamente, sobre sus propietarios.