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/ 26 diciembre 2024

Elena Medel: «Este tipo de premios otorgan una segunda vida al libro»

Elena Medel: «Este tipo de premios otorgan una segunda vida al libro»

Elena Medel nació en Córdoba en 1985, aunque reside en Madrid. Es autora de la novela Las maravillas así como de los libros de poesía Mi primer bikini, Tara y Chatterton y de los ensayos El mundo mago y Todo lo que hay que saber sobre poesía. Ha recibido el Premio Francisco Umbral al Libro del Año 2020 en Majadahonda y nosotros hemos querido conocerla un poco más.

P: Acabas de estrenar tu primera novela, Las maravillas, después de diversos libros de poesía y ensayo, ¿cómo ha sido este cambio de género literario?

R: Siempre he escrito narrativa: de hecho, en mi infancia escribía pequeños cuentos, y no descubrí la poesía hasta la adolescencia. No había considerado que mis libros de narrativa merecieran la pena —tengo inéditas varias novelas y muchos relatos—, pero esta novela sí me parecía publicable. Al releer lo que había escrito, pensaba que se parecía a lo que quería escribir. El tiempo de escritura es diferente entre géneros: para mí surgen de forma muy distinta los poemas, los ensayos, esta novela… Pero imagino que si hablas con otra escritora u otro escritor que también se dedique a varios géneros su experiencia no coincidirá con la mía.

P: ¿Tenías miedo por ese cambio de registro o confiabas en que toda iba a ir bien?

R: Para mí que «todo vaya bien» tiene que ver con escribir un libro que se parezca al libro que yo quería escribir, o al libro que a mí me gustaría leer. Es fantástico si además ese libro encuentra a alguien que lo lea, y que se entusiasme. Por otra parte, imagino que las expectativas de cada persona cuando escribe un libro, y mientras lo escribe, son diferentes… Yo no contaba con terminar esta novela. Venía de abandonar la anterior con casi trescientas páginas de escritura—, y cuando la estaba acabando tampoco contaba con publicarla. Todo lo que ha ocurrido después no lo esperaba.

P: La novela recorre las últimas décadas de la historia de España, ¿en qué te has inspirado para este libro?

R: Es una novela sobre el dinero, o más bien sobre la falta de dinero. Sobre la manera en la que esa falta de dinero define nuestras vidas, las decisiones que tomamos o las que no podemos tomar. De ahí parten otras reflexiones: sobre la precariedad, sobre los cuidados, sobre la ideología de izquierdas, sobre las periferias geográficas y simbólicas… Todas definidas por el dinero, una vez más. En la novela no existe tanto una inspiración concreta como una sensación que nace de ciertas experiencias, y que origina una historia, o varias historias que se entrelazan.

«Yo soy feminista, y escribo con esa conciencia»

P: Las protagonistas son mujeres y se le da un gran papel a la lucha feminista, ¿qué quieres transmitir a través de Alicia, Carmen y María, sus personajes principales?

R: Yo soy feminista, y escribo con esa conciencia, igual que soy de izquierdas y de clase baja, y escribo también desde esas conciencias. En todo caso, no creo que se trate de una novela sobre el feminismo ni sobre la lucha feminista. El personaje de Alicia se siente ajena a todo el movimiento, por ejemplo.

El personaje de María —que sí se trata de un personaje muy ideologizado, militante del asociacionismo e implicada en el feminismo “de barrio”— el contacto con el feminismo tiene que ver con esa militancia. Ella llega al feminismo de una forma muy natural, en el contacto con las mujeres que la rodean. Su feminismo tiene que ver con los afectos, con los cuidados que se deciden y que no se imponen. Desde luego, como te decía, la novela está escrita desde el feminismo, y en ese sentido la cuento desde dos protagonistas femeninas, María y Alicia, que cuentan una historia que entiendo universal, sobre dinero y sobre precariedad, que apela por igual a hombres y a mujeres.

P: Una novela donde se habla del dinero, de tenerlo y sobre todo de no tenerlo, ¿qué papel tiene la independencia económica en las vidas de los personajes y cómo se refleja en la realidad?

R: Me temo que la independencia económica es inalcanzable para mis personajes, y que no se trata de un asunto que se planteen en ningún momento. Son personajes de clase baja, con empleos precarios, en los que ganan un sueldo bajísimo en unas condiciones que las leyes no contemplan. Trabajan para sobrevivir. Lo intenta María a su manera, aunque le suponga muchas renuncias, y lo intenta también Alicia, con otras muchas renuncias diferentes. Cuando escribía aspiraba a imitar la realidad con la mayor fidelidad posible, tanto en los espacios como en las escenas: por desgracia creo que cuento situaciones que ocurren a diario, de manera continua, y que no tengo la sensación de encontrar tan a menudo en la ficción.

Elena Medel
Fuente: Gabriela Cuzepan

P: Se hacen referencias a Madrid, ¿son episodios vividos por ti misma o que has visto reflejados en alguien?

Salvo algunos capítulos, toda la novela transcurre en Madrid: en Carabanchel y Canillejas. En las líneas de metro y de autobús que parten de estos barrios o regresan a ellos, y en los barrios en los que trabajan María y Alicia, que pueden ser Argüelles, Salamanca o Atocha. En este sentido, sus escenarios son muchos de mis escenarios: el piso en el que vive María es el piso en el que vivo yo, el piso en el que vive Alicia es el piso en el que vivía una amiga mía hasta hace poco. El autobús que toman María y Pedro para regresar a casa es uno de los que me dejan cerca de la mía, etcétera.

No nací en Madrid, pero llevo en Madrid desde que puedo decidir dónde vivir —es mi ciudad de vida—, y para mí la novela es una rara carta de amor a la ciudad. A la ciudad en la que yo vivo, claro, que no es la ciudad de las postales, sino la que está al otro lado de la M-30. No se trata de una novela autobiográfica, como te decía, aunque la escribo desde mis circunstancias, una vez más, y también desde mis experiencias como trabajadora precaria.

P: El libro está en vías de traducción a nueve idiomas, ¿qué se siente al saber que te van a leer desde cualquier parte del mundo?

R: Siento curiosidad, desde luego, porque se trata de una novela muy vinculada a la historia reciente de España. Creo, o creía, que muchas de las experiencias de los personajes no se comprenderían si no se identificaban ciertas claves. Hay referencias continuas no solo a acontecimientos históricos concretos como la muerte del dictador, la victoria del PSOE en las elecciones de 1982, la gran manifestación feminista del 8 de marzo de 2018, sino también a las crisis socioeconómicas que hemos vivido en las últimas décadas. Sin embargo, entiendo que muchas de esas referencias pueden acercarse a las de otros países, y en cierto modo hay cuestiones comunes como la precariedad o la ideología.

«La mayoría de libros que leemos se han escrito con un enorme sacrificio personal»

P: ¿Has sentido inspiración durante estos meses de confinamiento? ¿Ha sido el momento de escribir la novela?

R: No, yo terminé el primer borrador de la novela en agosto de 2019. Entregué el texto definitivo a la editorial en mayo de 2020. Las correcciones más profundas las acabé justo antes del confinamiento, y en estos meses me dediqué a algunas reescrituras más leves y al mismo tiempo más concretas. Cuando escribo no suelo depender de la inspiración porque exige disponibilidad de tiempo. Si se me ocurre una idea, la anoto y ya regresaré a ella, y por mi trabajo no suele sobrarme. Escribo cuando puedo, cuando madrugo o trasnocho, cuando arranco media hora después de una entrega, etcétera. Como durante el confinamiento perdí bastantes ingresos tuve que dedicarme a buscar más trabajo para sustituir el que no tenía.

Suelo contar siempre mis circunstancias de escritura porque hemos romantizado la imagen de quien escribe. Como si se tratase de alguien que espera a las musas durante todo el día. La realidad es que la mayoría de libros que leemos se han escrito con un enorme sacrificio personal.

P: A falta de que te entreguen el galardón, has sido premiada con el Premio Francisco Umbral al libro del Año 2020 en Majadahonda. ¿Cómo has recibido la noticia?

R: Con agradecimiento y con sorpresa, porque conocía el premio. Lo han ganado algunos escritores que para mí son fundamentales, como Manuel Longares o Rafael Chirbe. Por su palmarés jamás pensé que mi novela pudiera tenerse en cuenta. Este tipo de premios otorgan una segunda vida al libro, que en este caso ya dejaba de ser una novedad y por tanto iba desapareciendo de las librerías. Como todos los premios, es fruto del azar pero también un empujón, simbólico y también económico, para seguir escribiendo. Por los ganadores anteriores, por quienes integran el jurado, también por supuesto por la figura de Francisco Umbral.

P: ¿Cómo te sentiste una vez acabaste la novela? ¿Y cómo te sientes ahora, cuándo ya ha salido a la luz ¿Estás contenta con los resultados y con la respuesta del público?

R: Te decía que no esperaba terminarla y no esperaba publicarla, como me había ocurrido con novelas anteriores. Todo lo que ha ocurrido después —la publicación, la repercusión, etcétera— no era algo que me plantease. Para mí los libros plantean un diálogo, así que espero que Las maravillas invite a la reflexión y a la conversación.

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