¿Tienes en un cajón ese anillo de tu abuela, la cadena que ya no usas o un pendiente solitario? Quizá también una pulsera olvidada. A simple vista parecen cosas sin importancia, pero muchas veces valen más de lo que pensamos. El oro, la plata o algunas joyas antiguas pueden haber subido de precio sin que lo notes. Solo con mirarlas con cuidado te das cuenta de que no son simples adornos. Y si quieres, puedes llevarlas a un lugar confiable, como compro oro Majadahonda, y descubrir su valor real.

Las señales más simples que puedes comprobar tú mismo

Antes de pensar en tasaciones, hay pequeños detalles que tú mismo puedes revisar. El primero es la marca o el sello. En las piezas de oro suelen aparecer números como 18K, 14K o 750, que indican su pureza. En las de plata, lo normal es ver 925. Si encuentras alguno de estos sellos, ya tienes un punto de partida. Otro indicador es el peso: las joyas valiosas suelen sentirse más pesadas de lo que parecen porque los metales nobles tienen mayor densidad. Y, aunque parezca básico, fíjate en el desgaste: si el color se mantiene uniforme, es buena señal.

El oro antiguo puede valer incluso más que el moderno

Muchas personas creen que solo las joyas nuevas tienen valor, pero no siempre es así. El oro antiguo, sobre todo si proviene de épocas en las que se trabajaba con mayor pureza, puede tener un valor superior al de una joya recién comprada. Además, hay diseños que hoy ya no se fabrican y que pueden ser muy buscados por coleccionistas o joyeros especializados. Un anillo heredado, aunque no sea de tu estilo, puede ser más valioso por su antigüedad que por el metal en sí.

No descartes las piezas rotas o incompletas

Un pendiente suelto, una cadena rota o un broche que ya no funciona no son basura. A pesar de que estén dañados, siguen teniendo valor por el peso del metal. Muchas personas se sorprenden al descubrir que pueden obtener una buena cantidad incluso por piezas que daban por perdidas. Así que, antes de tirar algo o guardarlo para siempre, vale la pena verificarlo. El estado estético afecta menos de lo que imaginas cuando se trata de valorar oro.

Las piedras también importan… pero no todas valen lo mismo

Si tu joya tiene piedras, no todas serán valiosas, y eso cambiará el precio. Los diamantes, esmeraldas y rubíes certificados tienen un valor claro, pero muchas piezas antiguas incluyen cristales o circonitas que no elevan mucho el precio final. Lo bueno es que un profesional puede identificarlo en segundos. Si la piedra tiene pequeñas imperfecciones naturales, reflejos profundos o está montada en oro de alta calidad, hay más posibilidades de que sea auténtica.

La moda cambia, pero el valor del metal no

Tal vez la joya que tienes guardada no encaja con tu estilo, pero eso no le quita valor. El oro y la plata mantienen su precio en el mercado independientemente de las modas. De hecho, aún si el diseño es antiguo, el valor del metal sigue ahí. Lo que sí cambia con el tiempo es el precio del oro, que en los últimos años ha subido de forma notable. Esto hace que muchas joyas que antes parecían “poco importantes” hoy tengan un valor interesante.

Cuando conviene pedir una tasación profesional

Hay casos en los que mirar la pieza por tu cuenta no es suficiente, sobre todo si sospechas que puede ser antigua, tiene piedras o está fabricada con técnicas artesanales. Una tasación profesional te ayuda a conocer el valor real y evitar errores. Lo ideal es acudir a un lugar donde te expliquen el proceso, te muestren el peso, la pureza y el precio del metal en ese momento. Una valoración clara y delante de ti siempre es garantía de transparencia.